sábado, 13 de abril de 2013

Construyendo una didáctica para la enseñanza de la geografía


Construyendo una didáctica para la enseñanza de la geografía

 

Bale, John
Didáctica de la geografía en la escuela primaria.
Ediciones Morata, S. A. Madrid, 1989. 182 pp.

 

Ha sido un gran acierto la distribución en México de este libro, en donde el autor John Bale, dedica ocho capítulos a la didáctica de la geografía, disciplina que en la actualidad está bastante descuidada en nuestras aulas.

 

La enseñanza de la geografía en la escuela primaria se reduce a la simple memorización de nombres y localización de lugares, en el mejor de los casos. Dentro de los actuales programas de estudio, esta ciencia se diluye dentro de las áreas de ciencias naturales y ciencias sociales. Debido a esto los docentes no se interesan en llevar a cabo estrategias didácticas que permitan al alumno acercarse a la geografía de una manera divertida y funcional.

 

Entre los aspectos más interesantes del libro podemos señalar: dar al maestro ideas didácticas, sugerir los recursos que pueden ser útiles, en dar a conocer cuál es el propósito que se persigue con la enseñanza de la geografía y en estudiar su papel dentro del curriculum escolar. Además su lectura invita a una reflexión sobre la problemática escolar y a repensar la práctica docente al proponer variados y amenos ejercicios, adecuados a diferentes grados escolares y con recursos pocas veces explotados.

 

Uno de esos recursos es el conocimiento del medio, del cual se puede y debe hacer uso para la enseñanza de la geografía. Todos los alumnos llegan a la escuela con idean en relación con cualquier lugar  del mundo, ya sea por información obtenida a través de los medios de comunicación, por visitas o excursiones o por la proporcionada en forma oral. Esto quiere decir que el maestro no va a partir de cero, pues los niños, en mayor o menor medida, son geógrafos. Pongamos un ejemplo: cuando a un pequeño de seis o siete años se le pide que trace el recorrido de su casa a la escuela, el niño lo hace sin la menor complicación por que conoce su entorno; es el inicio al trazo y/o lectura formal de planos y mapas. Es importante trabajar la geografía a partir de lo que el alumno conoce; el autor sugiere que “aunque parezca dogma educativo anticuado, se trabaje desde lo conocido hacia lo desconocido”.

 

Se propone en el libro una serie de ejercicios cartográficos que permitirán que el alumno se interese cada vez más y encuentre utilidad a la lectura de mapas. Los ejercicios son tan útiles que incluso permitirán al profesor hacer observaciones de los alumnos en relación con una lateralidad, su ubicación espacial y sus nociones de espacio-tiempo. A través de ellos se introducen también elementos de la cartografía como son: localización simbolismo, escala y relieve. No se trata de realizar ejercicios memorísticos de localización, sino que el alumno aprenda a interpretar el mundo actual a través de la lectura de mapas.

 

El entorno inmediato, la localidad y, si es posible, lugares lejanos son recursos que deben ser empleados en la enseñanza de la geografía. ¿Cuántas veces los maestros desconocemos la comunidad en la que se encuentra ubicado nuestro centro de trabajo?, ¿no sería interesante conocerla a través de nuestros alumnos? La utilización de los diversos aspectos de la vida cotidiana del niño, constituye una gama de posibilidades para el trabajo geográfico en el aula y el maestro puede aprovecharla para conocer mejor a cada uno de sus alumnos, así como los aspectos económicos y sociales de la comunidad.

 

Explotar los recursos de la localidad para acercar a los alumnos a conocimientos relacionados con el tiempo metereológico, el clima, el paisaje, los recursos naturales, los tipos de rocas, etc., a través de ejercicios en donde se toma en cuenta la edad, la conceptualización y los intereses de los alumnos, es otra forma de acercar a los alumnos al conocimiento geográfico.

 

Dentro de la enseñanza de la geografía, en grados superiores, debe estar presente el estudio de lugares lejanos, no sólo con la finalidad de satisfacer la curiosidad natural del alumno, sino también para crearle una actitud crítica ante el mundo moderno y de contrarrestar imágenes erróneas que pudieron ser generadas por los medios de comunicación. Cabe mencionar que en las actividades que en este renglón propone el autor se explican cuáles son los productos a obtener y su importancia, estableciéndose relaciones con la localidad; lo que permite que el alumno conciba su lugar de residencia no de manera aislada sino que se dé cuenta de la interdependencia que existe entre comunidades.

 

Para la enseñanza activa de la geografía no sólo es necesario el empleo de mapas. Existe una gran variedad de materiales que van desde nuestro habitual gis y pizarrón, así como fotografías y revistas, filminas, videos, etc. Los juegos de simulación e imaginación son recursos altamente didácticos que no deben faltar, incluso nada difíciles de conseguir.

 

Asimismo, en uno de los capítulos el autor realiza un examen del curriculum en las escuelas británicas, que vale la pena leer a fin de establecer comparaciones y permitirnos reflexionar sobre el actual estado de la enseñanza de la geografía en nuestro país. Aunque el libro gira en torno a investigaciones y trabajos realizados por el autor en escuelas primarias británicas, bien puede adaptarse a las características de nuestras escuelas mexicanas.

 

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