Construyendo una
didáctica para la enseñanza de la geografía
Bale, John
Didáctica de la geografía en la escuela
primaria.
Ediciones
Morata, S. A. Madrid, 1989. 182 pp.
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Ha
sido un gran acierto la distribución en México de este libro, en donde el autor
John Bale, dedica ocho capítulos a la didáctica de la geografía, disciplina que
en la actualidad está bastante descuidada en nuestras aulas.
La
enseñanza de la geografía en la escuela primaria se reduce a la simple
memorización de nombres y localización de lugares, en el mejor de los casos.
Dentro de los actuales programas de estudio, esta ciencia se diluye dentro de
las áreas de ciencias naturales y ciencias sociales. Debido a esto los docentes
no se interesan en llevar a cabo estrategias didácticas que permitan al alumno
acercarse a la geografía de una manera divertida y funcional.
Entre
los aspectos más interesantes del libro podemos señalar: dar al maestro ideas
didácticas, sugerir los recursos que pueden ser útiles, en dar a conocer cuál
es el propósito que se persigue con la enseñanza de la geografía y en estudiar
su papel dentro del curriculum escolar. Además su lectura invita a una
reflexión sobre la problemática escolar y a repensar la práctica docente al
proponer variados y amenos ejercicios, adecuados a diferentes grados escolares
y con recursos pocas veces explotados.
Uno
de esos recursos es el conocimiento del medio, del cual se puede y debe hacer
uso para la enseñanza de la geografía. Todos los alumnos llegan a la escuela
con idean en relación con cualquier lugar
del mundo, ya sea por información obtenida a través de los medios de
comunicación, por visitas o excursiones o por la proporcionada en forma oral.
Esto quiere decir que el maestro no va a partir de cero, pues los niños, en
mayor o menor medida, son geógrafos. Pongamos un ejemplo: cuando a un pequeño
de seis o siete años se le pide que trace el recorrido de su casa a la escuela,
el niño lo hace sin la menor complicación por que conoce su entorno; es el
inicio al trazo y/o lectura formal de planos y mapas. Es importante trabajar la
geografía a partir de lo que el alumno conoce; el autor sugiere que “aunque
parezca dogma educativo anticuado, se trabaje desde lo conocido hacia lo
desconocido”.
Se
propone en el libro una serie de ejercicios cartográficos que permitirán que el
alumno se interese cada vez más y encuentre utilidad a la lectura de mapas. Los
ejercicios son tan útiles que incluso permitirán al profesor hacer
observaciones de los alumnos en relación con una lateralidad, su ubicación
espacial y sus nociones de espacio-tiempo. A través de ellos se introducen
también elementos de la cartografía como son: localización simbolismo, escala y
relieve. No se trata de realizar ejercicios memorísticos de localización, sino
que el alumno aprenda a interpretar el mundo actual a través de la lectura de
mapas.
El
entorno inmediato, la localidad y, si es posible, lugares lejanos son recursos
que deben ser empleados en la enseñanza de la geografía. ¿Cuántas veces los
maestros desconocemos la comunidad en la que se encuentra ubicado nuestro
centro de trabajo?, ¿no sería interesante conocerla a través de nuestros
alumnos? La utilización de los diversos aspectos de la vida cotidiana del niño,
constituye una gama de posibilidades para el trabajo geográfico en el aula y el
maestro puede aprovecharla para conocer mejor a cada uno de sus alumnos, así
como los aspectos económicos y sociales de la comunidad.
Explotar
los recursos de la localidad para acercar a los alumnos a conocimientos
relacionados con el tiempo metereológico, el clima, el paisaje, los recursos
naturales, los tipos de rocas, etc., a través de ejercicios en donde se toma en
cuenta la edad, la conceptualización y los intereses de los alumnos, es otra
forma de acercar a los alumnos al conocimiento geográfico.
Dentro
de la enseñanza de la geografía, en grados superiores, debe estar presente el
estudio de lugares lejanos, no sólo con la finalidad de satisfacer la
curiosidad natural del alumno, sino también para crearle una actitud crítica
ante el mundo moderno y de contrarrestar imágenes erróneas que pudieron ser
generadas por los medios de comunicación. Cabe mencionar que en las actividades
que en este renglón propone el autor se explican cuáles son los productos a obtener
y su importancia, estableciéndose relaciones con la localidad; lo que permite
que el alumno conciba su lugar de residencia no de manera aislada sino que se
dé cuenta de la interdependencia que existe entre comunidades.
Para
la enseñanza activa de la geografía no sólo es necesario el empleo de mapas.
Existe una gran variedad de materiales que van desde nuestro habitual gis y
pizarrón, así como fotografías y revistas, filminas, videos, etc. Los juegos de
simulación e imaginación son recursos altamente didácticos que no deben faltar,
incluso nada difíciles de conseguir.
Asimismo,
en uno de los capítulos el autor realiza un examen del curriculum en las
escuelas británicas, que vale la pena leer a fin de establecer comparaciones y
permitirnos reflexionar sobre el actual estado de la enseñanza de la geografía
en nuestro país. Aunque el libro gira en torno a investigaciones y trabajos
realizados por el autor en escuelas primarias británicas, bien puede adaptarse
a las características de nuestras escuelas mexicanas.
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